Mediante las actividades de vida práctica el niño se adapta rápidamente al nuevo ambiente. En la tarea de limpiar cristales se le muestra la secuencia lógica de los pasos para poder hacer la actividad (mojar, limpiar y secar los cristales) y, posteriormente, dejamos que el niño experimente solo.
Progresivamente el niño repite los mismos movimientos que va perfeccionando poco a poco.
Actividades cotidianas para la adaptación perfecta
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